La historia bonita de hoy tiene que ver con mis calzones….

Me compré unos calzones nuevos, uno blanco y otro negro. Cuando les quité las etiquetas estaba orgullosa de mi adquisición.

A mi me pasa con los calzones, igual que con los zapatos, te das cuenta lo fregados que estaban hasta que ves el viejo a un lado del nuevo. Así que me sentía muy contenta con mis calzones nuevos.

Antes de ponérmelos los lavé, como toda mujer latina, en la regadera.

Les puse jabón, los tallé y los dejé retozar en lo que yo me bañaba (todas sabemos que ese es el cierre de toda buena lavada, el dejarlos reposar con el jabón 😉)

Cuando ya me estaba enjuagando el cuerpo, vi cómo un hilito negro salía de mi calzoncito negro nuevo… sin prisa me dije «qué bueno que no lo metí a la lavadora»….lo tomé y comencé a enjuagarlo, salía el agua gris y yo seguía felicitándome por haber lavado mi calzoncito en la regadera y no en la lavadora para que no pintara mi ropa.

Fue hasta que tomé mi calzón NUEVO Y BLANCO, que al enjuagarlo me di cuenta que……. sí, ¡adivinaron! ¡¡¡YA SE HABÍA PINTADO de negro!!!🥲

Este suceso tan trivial, me llevó a una reflexión que les comparto:

Nos podemos «pintar» rápido y facilmente cuando estamos junto con otras personas.

Todo se «pega,», se contagia, la buena vibra y la mala, los buenos hábitos y los malos, las malas y también las buenas acciones.

Algunas cosas requieren de más tiempo para pegarse, pero otras basta con ponernos juntos para sentir que ahí no es, o que sí enloquecer buscamos en la vida.

Mi calzón no se despintará, sin embargo , nosotros, siempre tenemos la opción de «despintarnos», de decidir si queremos quedarnos lo que se nos ha «pegado», o decidimos tomar una mejor decisión.

He aquí la sabiduría que me trajeron mis calzones nuevos hoy 😁🩲

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